En nuestras reuniones no está obligado a nada, solo queremos que nos acompañe a alabar a nuestro Dios y alimentarnos
con su Palabra. Ni siquiera pedimos su ofrenda, aunque se recoge ofrenda en nuestros cultos, pero es para que nuestros hermanos
miembros de la Iglesia puedan tener la oportunidad de ser bendecidos por Dios al dar parte de los que Dios les ha dado,
si siente en su corazón ofrendar, Dios le bendecirá ricamente.
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